Editorial: Estrellado y mordiendo polvo
Venían con la nueva política y ya se estrellaron por no cumplir. Ahora hay que carretear de nuevo y sin caretear

La gestión del Intendente de Cinco Saltos, Quique Rossi no deja de aportar argumentos y demostraciones de insuficiencias, inoperancias e ilegalidades las cuales van más allá de cualquier gusto político que se pueda tener. Esta gestión no para de asombrar y para mal.
Sin ningún lugar a dudas el velo de la nueva política que predicaba Rossi, se cayó inmediatamente después de que se comenzó a analizar la realidad versus el discurso. Esto es lo mismo y en varios aspectos, peor que la vieja política.
El 15 de marzo de este año publiqué un editorial con el título “Bajó la Espuma”, el cual hizo que el intendente me dedicara una publicación en su perfil personal de Facebook, molesto por ese título y defendiendo su pasado orgulloso cómo policía, entre otras cosas, y tomándose (con intención) aquel editorial cómo algo personal. Cómo no tiene rival político, tiene que tener a alguien arriba del escenario para apoyarse en justificaciones y discursos que ya rozan lo bizarro. Populismo en su máxima expresión.
Acá no hay nada personal, son negocios. Sí, negocios.
Y el único negocio es que mi voto tiene un valor que se divide en dos cosas muy importantes: el voto en sí por convencimiento y esperanza de que llegara algo nuevo y diferente, porque así lo vendieron en campaña, y el valor de la verdad o la mentira que del votado provenga. Así concibo al funcionariado público.
Hoy puedo afirmar y recontra afirmar que la espuma bajó en aquel momento en que escribí, y hoy bajó mucho más, pero no por factores externos, ni por opositores, ni por los “ponedores de palos en la rueda”, sino por mérito exclusivo del propio Rossi.
Estaba muy claro que el relato de una realidad ficticia, paralela e inexistente tenía fecha de caducidad y que la inexistencia de un plan, de un objetivo y de recursos humanos a los que el Intendente les haga caso, lo iba a hacer estrellar. Y se estrelló temprano porque quiso volar más de lo que podía y pretendió hacer creer que su altitud era muy importante, hasta que aparecieron un puñado de ramas de unos árboles no muy altos que lo bajaron a tierra y a la tierra.
Inoperancia del piloto es el diagnóstico de esta aterrizada forzada que quizás le sirva para volver a carretear, aunque esta vez espero que lo haga sin caretear.
La masticada de polvo de Rossi llegó a su punto más alto con su esperada aparición pública para hablar de inseguridad. Y digo esperada porque eso que dijo públicamente, ya se lo venía diciendo a varios vecinos por privado y también lo venía demostrando con sus no intervenciones en la problemática que la policía tiene en Cinco Saltos.
Era solo cuestión de tiempo que lo que manifestaban los vecinos de modo incrédulo y en off, sea expresado públicamente por el propio Rossi, ya que desde que empezó su gestión se creyó sus versos, su propia realidad y no la de Cinco Saltos. Esa realidad paralela en la que está metido y que su entorno más cercano se la alimenta con palmaditas de lomo lo llevó al ridículo de pedirle a los vecinos que “hagan su propia seguridad”.
Ni sus más fervientes e interesados seguidores pudieron salir a justificarlo o a desprestigiar y atacar al mensajero porque era su mismo patrón el que hablaba y decía semejante estupidez que pegó en la línea de flotación de los vecinos que, hartos de la inseguridad, piden que el líder municipal mostrara algo de empatía y se encontraron con algo inexplicable y cero empatía.
Y fíjense cómo serán las cosas que muestra la realidad y cómo ésta nos pone permanentemente en el lugar que corresponde, que al día siguiente de hacer esas declaraciones, Rossi tuvo la visita de un vecino en la propia municipalidad que lo insultó y amenazó fuerte (tanto a él cómo a sus funcionarios) hecho por el cual intervino la policía llamada por la misma gente que estaba dentro.
¿No había que defenderse solo?. ¿acaso eso no es algo relacionado a la inseguridad y que los vecinos también sufren?.
Obviamente mi pregunta es irónica, porque es de una gravedad enorme que alguien se meta a la Municipalidad y diga “te voy a cagar a tiros”, y peor aún transmitir a la comunidad un mensaje de abandono y, en gran medida, de violencia contra la violencia. La única verdad es la realidad.
La demagogia (palabra también utilizada en aquel editorial “Bajó la espuma”) es otra de las causantes de la mordida de polvo. En Cinco Saltos la inmensa mayoría de gente piensa por sí sola y sabe que lo que ve es lo que existe, y no se van a armar una realidad por lo que leen o por lo que le dicen, venga de donde venga eso. No hay que subestimar a nadie.
Esta gestión se sentó sobre la demagogia de pretender ganarse con halagos el favor popular, práctica muy de político de pueblucho que degenera la democracia. Y nosotros no somos un “pueblucho”, aunque pretendan tomarnos cómo tal. “Vamos bien, quédense tranquilos”, “estamos gestionando”, “estamos evaluando”, “estamos proyectando”, “ya vamos a llegar”, son frases demagógicas que pretenden inundar cerebros bajo montañas de nada y son las más repetidas por el intendente.
Cuando investigué el número de empleados municipales que había al 30 de abril y los listados de personal en relación de dependencia más los contratados que facturan y trabajan como cualquier otro, y expuse los 500 empleados en total, Rossi salió de responder en un “medio público de gestión privada” que eran 416 y que la Muni necesitaba “50 o 60 empleados más” porque los podía pagar. Aquella vez aclaré que Rossi al referirse de 416 no metía, sino que le habían dado el listado a diciembre/enero y que a abril eran los 500.
Hoy, Rossi en ese mismo medio donde hace su “StandUp” dice que “la situación económica no es buena”, al referirse a la cantidad de obras que la gente reclama o a la intervención del municipio en determinados barrios. Y la intención es empezar a no renovar contratos, pero en lugar de comenzar por los contratados por esta gestión o por los numerosos familiares de los funcionarios, quieren recortar con los contratados que vienen de hace muchos años. Atentos a eso todos y también los sindicatos, que bien dormidos (y adornados) están.
Pero de recortar otros gastos, nada. Alquileres de vehículos, pagos de honorarios millonarios apresurados, insistencia para arreglar y pagar otros honorarios más millonarios, cajas chicas con millones que manejan funcionarios, pagos millonarios de pautas publicitarias a medios y periodistas que no le hacen preguntas, contrataciones millonarias en espacios verdes teniendo personal en espacios verdes. Pagos de horas extras a personal elegido a dedo para engrosar sus ingresos y que no se les vayan, mientras que al resto le dan compensatorios. Todo esto y más se podría recortar antes que poner la mira en empleados que fueron siempre a trabajar, independientemente de quien estuviera sentado en Roca y 25 de Mayo.
¿Se dan cuenta la demagogia de ganarse con halagos el favor popular dónde está?. En la mismísima realidad que vemos. La única verdad es la realidad.
Rossi debe volver a carretear, todavía tiene tiempo, pero dándole más distancia al carreteo y no creer que con un discurso corto y vacío, ya puede volar o creer que está volando. Si lo hiciera solo, no hay problema, el punto es que en esta estrellada, nosotros venimos cómo pasajeros y quedamos desilusionados por la impericia del piloto. A ver si le sirve esto de experiencia y comienza a rodearse de gente competente y a escuchar a los que más saben de vuelos, quienes están ahí, cerca, pero los tienen limpiando muebles.
Acuerdense del Capitán Epul, que carreteó con aquel avión de color verde, y se estrelló contra unos adoquines. Esta gestión quiere seguir con aquello, empeorando lo peor de aquello…..
Si pretenden resultados diferentes, no hagan lo mismo y mucho menos, no quieran hacer creer cosas que no existen.
La masticada de polvo de Rossi llegó a su punto más alto con su esperada aparición pública para hablar de inseguridad.