Mediación evitó que un padre desaloje a su hija en Cinco Saltos
Un conflicto familiar que parecía encaminado a un litigio terminó en un acuerdo gracias a la intervención de la mediación judicial, en Cinco Saltos.

Un hombre solicitó el desalojo de su hija, con quien mantiene una relación distante y con antecedentes de medidas de prohibición de acercamiento recíproca. Sin embargo, tras un proceso de diálogo, ambos lograron encontrar una solución que evitó una escalada judicial y permitió establecer condiciones de convivencia más claras.
El conflicto se agravó cuando el padre promovió una acción de desalojo contra su hija. La mujer habita una vivienda construida en el mismo terreno donde reside su padre, situación que con el tiempo se tornó insostenible debido a la falta de comunicación y los enfrentamientos entre ellos. Ambos cuentan con una medida de prohibición de acercamiento mutua, lo que dificulta aún más la convivencia y hace improbable una solución sin intervención externa. Sin embargo, la mediación ofreció un espacio de diálogo estructurado, en el que cada parte expresó sus preocupaciones sin el riesgo de una disputa directa.
Durante la mediación, las partes discutieron las condiciones de permanencia en el inmueble, con especial énfasis en el acceso a servicios básicos como luz y gas, que habían sido interrumpidos como parte del conflicto. Luego de intensas negociaciones, se alcanzó un acuerdo en el que la hija asumirá los costos de conexión de los servicios esenciales, mientras que el padre se comprometió a firmar la documentación necesaria para regularizar la situación. En cuanto al pago de las facturas, las partes establecieron un esquema de contribución proporcional. La hija abonará el 70 por ciento de los costos y el padre el 30 por ciento restante. La metodología de pago también quedó estipulada, lo que evitará futuros desacuerdos y reducirá el riesgo de nuevos conflictos.
La mediación prejudicial tuvo un rol decisivo en la resolución de este conflicto familiar. En lugar de recurrir a un juicio de desalojo, que podría haber prolongado el enfrentamiento y generado mayores tensiones, las partes lograron alcanzar un punto de acuerdo que permitió a la hija permanecer en su hogar bajo condiciones claras y negociadas.
La mediación, realizada en el Centro Integral de Métodos Autocompositivos de Resolución de Conflictos de Cinco Saltos, no solo evitó la judicialización del caso, sino que también permitió a ambas partes reconocer la necesidad de establecer límites y responsabilidades mutuas. Graciela Ferrer, la mediadora que intervino, sostuvo que este caso representó un ejemplo del impacto positivo del diálogo estructurado, incluso en contextos familiares complejos. Las partes estuvieron asistidas por la defensa pública de mediación, que este último tiempo fortaleció sus equipos para atender una demanda creciente.
Las estadísticas del último año demuestran que mejoraron los índices de sustanciación, que representa a las personas que efectivamente se dispusieron a mediar, y también los índices de acuerdo. En todos los casos - mediaciones patrimoniales, de familia y conciliaciones laborales - los números superan el 50 por ciento.
La mediación prejudicial tuvo un rol decisivo en la resolución de este conflicto familiar. En lugar de recurrir a un juicio de desalojo las partes lograron alcanzar un punto de acuerdo